Buenos días, Sergio
Esto lo veremos con más detalle en el bloque de renta variable.
Hay muchas causas, pero la fundamental es que en la renta variable no hay un ‘valor objetivo’ al que asociar un activo. Las acciones valen lo que el conjunto de inversores creen que valen; de esta manera, un cambio en la percepción del mercado sobre la marcha de una empresa puede provocar enormes correcciones en su cotización.
Imagina una empresa que tiene una previsión de beneficios de mil millones de dólares al año para los próximos diez años. Y un día emite un comunicado diciendo que su producto estrella tiene un problema y que los beneficios serán de 100 millones al año en la próxima década. Lo normal (y lógico, atendiendo a la naturaleza del activo) es que el valor de sus acciones se desplome en unos pocos minutos.
Un ejemplo así es complicado que ocurra. Pero sí es más habitual que haya cambios en la percepción de los inversores que hagan que la valoración de una empresa caiga o suba con fuerza. Por eso, la volatilidad en este activo es muy superior a la de otros.
Un saludo
Domingo