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El consumo alcohólico: de valor defensivo a desafío estratégico

Tabla de contenidos

El sector de bebidas alcohólicas bajo la lupa

Durante décadas, el sector de bebidas alcohólicas ha sido considerado uno de los refugios más seguros para los inversores. La lógica era sencilla: independientemente del ciclo económico, la gente seguía consumiendo alcohol, lo que se traducía en márgenes estables, dividendos consistentes y marcas de un poder difícil de replicar. Diageo y Pernod Ricard, gigantes del sector, encarnaban mejor que nadie esta percepción. Sin embargo, el contexto actual obliga a matizar este relato. El consumo global de alcohol está cambiando, el perfil del consumidor evoluciona y la estrategia de “premiumización” que tan buenos resultados ofreció en épocas de bonanza se enfrenta hoy a limitaciones evidentes. Lo que antes parecía un valor defensivo incuestionable, ahora debe ser analizado con más prudencia.

Contexto actual del consumo alcohólico

Para entender el presente del sector conviene empezar por el contexto de consumo. En los últimos años se observa un debilitamiento generalizado en la demanda, no solo en bebidas alcohólicas, sino también en otras marcas históricamente defensivas como Pepsi, Coca-Cola o incluso Nike en el ámbito del consumo discrecional. El consumidor actual, presionado por un entorno de inflación persistente y tipos de interés más elevados, ajusta su gasto y prioriza dónde destina cada euro. En este escenario, ni siquiera las categorías consideradas “inelásticas” escapan a la moderación.

Cambios en los hábitos y preocupaciones sociales

El consumo per cápita de alcohol lleva cayendo varios años. No es un desplome repentino, sino un descenso progresivo que refleja cambios en hábitos de vida, preocupaciones de salud y un mayor escrutinio social hacia el consumo excesivo.

Estrategia de premiumización: vender menos, pero con más valor

La industria ha respondido con una estrategia clara: vender menos volumen, pero con más valor añadido. Es lo que se conoce como premiumización.

¿En qué consiste la premiumización?

La lógica detrás de esta estrategia es atractiva: si el consumidor bebe menos, hay que ofrecerle productos de mayor calidad, con precios más altos y, por tanto, mayores márgenes. No es lo mismo vender una cerveza estándar que un whisky añejado durante doce años, con un posicionamiento aspiracional y un diferencial de precio sustancial.

Desafíos de la premiumización en 2025

Este cambio de paradigma, sin embargo, no está exento de desafíos. Por un lado, la premiumización refuerza la diferenciación de marca y protege la rentabilidad, pero por otro introduce tensiones en el ciclo de caja. Mientras que una botella de vino puede venderse en cuestión de meses, un whisky premium requiere una década en barrica antes de generar ingresos. Esa diferencia temporal ralentiza la conversión a caja y exige una gestión más sofisticada del capital circulante. En un entorno de tipos de interés más altos, donde el coste de oportunidad del dinero es mayor, esta ralentización se convierte en un factor a vigilar.

Diageo y Pernod Ricard: líderes ante nuevos retos

Diageo: fortaleza y riesgos

Diageo es el líder indiscutible del sector y su catálogo de marcas es difícilmente igualable: Johnnie Walker, Guinness, Tanqueray, Don Julio. Se trata de un portafolio con un moat sólido, respaldado por décadas de historia y una presencia global envidiable. Pocas compañías en el mundo pueden presumir de semejante poder de fijación de precios y de una distribución tan capilar. Sin embargo, ni siquiera Diageo es inmune a los problemas actuales. Su talón de Aquiles es la deuda. En un entorno de tipos más bajos, el endeudamiento podía parecer un mal menor, pero con el coste de la financiación en aumento, los mercados penalizan con dureza a las empresas que no priorizan la reducción de deuda frente a otros usos del capital. La cuestión del capital allocation se vuelve crítica. Una compañía puede tener las mejores marcas del mundo, pero si no gestiona bien sus recursos en un contexto de restricción monetaria, la valoración se resiente.

Pernod Ricard: similitudes y diferencias

Pernod Ricard comparte muchas similitudes con Diageo, aunque con diferencias notables. Su catálogo es sólido, con marcas reconocidas a nivel mundial, pero en general su posicionamiento es algo más débil y sus márgenes menos robustos. Aun así, sigue siendo una compañía de referencia en el sector y merece la atención de cualquier inversor que analice este espacio. Su comportamiento futuro dependerá en gran medida de la evolución del consumo global y de su capacidad para ejecutar la estrategia de premiumización con éxito. Pero lo cierto es que la comparación directa con Diageo suele dejarla en desventaja, tanto en poder de marca como en resiliencia financiera.

Valoraciones y expectativas del mercado

Un aspecto central que explica la presión reciente en las cotizaciones de ambas compañías es el de las valoraciones. Durante años, el mercado otorgó a las grandes alcohólicas múltiplos muy exigentes, con PER en el rango de 25 a 30 veces beneficios. La justificación era que se trataba de negocios defensivos, con barreras de entrada sólidas y flujos de caja recurrentes. Sin embargo, con un crecimiento más débil y un consumidor menos dispuesto a pagar precios cada vez más altos, esas valoraciones se vuelven difíciles de sostener. La compresión de múltiplos es, en este sentido, un ajuste natural: el mercado reconoce que, aunque las marcas sean fuertes, el entorno ha cambiado.

Conclusión: de valor defensivo a desafío estratégico

El sector de bebidas alcohólicas ya no puede considerarse un refugio incuestionable. Los cambios en el consumo, la presión sobre los márgenes y la necesidad de gestionar mejor el capital obligan a las empresas a replantear sus estrategias. La premiumización sigue siendo una vía relevante, pero requiere adaptación y gestión financiera rigurosa para afrontar los retos de 2025 y más allá.

Preguntas frecuentes sobre el consumo alcohólico y el sector bebidas

¿Por qué está disminuyendo el consumo per cápita de alcohol?

El consumo per cápita de alcohol disminuye por cambios en los hábitos de vida, mayor preocupación por la salud y un mayor escrutinio social hacia el consumo excesivo.

La premiumización es una estrategia que consiste en vender menos volumen, pero con productos de mayor calidad y precio, buscando mayores márgenes y diferenciación de marca.

Ambas compañías enfrentan retos como la gestión de la deuda, la adaptación a un consumidor más exigente y la necesidad de mantener márgenes en un entorno de menor crecimiento.

La inflación reduce el poder adquisitivo del consumidor, lo que lleva a priorizar el gasto y moderar el consumo, incluso en categorías tradicionalmente inelásticas como el alcohol.

Aunque sigue teniendo fortalezas, el sector ya no es un refugio incuestionable. La evolución del consumo y la presión sobre las valoraciones exigen un análisis más prudente y estratégico.

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